miércoles, 13 de julio de 2016

El FBI no encuentra al delincuente después de 45 años y decide poner fin a la investigación.


"Después de una de las investigaciones más largas y profundas de la historia, el 8 de julio de 2016, el FBI decidió reorientar los recursos asignados al caso de Dan Cooper, para centrarse en otras tareas de investigación"

El incidente tuvo lugar en noviembre de 1971. Un hombre con el nombre de Dan Cooper estaba a bordo del avión, que viajaba desde Portland a Seattle. Al estar en la cabina, le entregó a la azafata una nota que había bomba.

Además, en la nota pedia un rescate de $ 200 mil dolares. Y dos paracaídas. Las autoridades decidieron cumplir con lo que pedía Cooper, lo que permitió al piloto a aterrizar el avión en Seattle. Después de 36 pasajeros y un tripulante de cabina, fueron puestos en libertad, Cooper hizo que el piloto y los demás miembros de la tripulación permanecieran en el avión y tomaran curso hacia México. Luego abrió la puerta de la cola de la aeronave y saltó en paracaídas. La ubicación de Cooper y su destino se desconocen. Los investigadores fueron incapaces de encontrar el lugar y el aterrizaje del secuestrador, y por supuesto la maleta llena de dinero. El FBI dice que durante este tiempo se entrevistó a testigos en el caso, para reunir pruebas, pero "nada por el momento ha llevado a la identificación del ladrón»

La forma en la que Cooper escapó de la justicia así como la incertidumbre sobre su paradero continúan intrigando al público. El caso de Cooper, cuyo código es «Norjak» en el FBI, es el único caso de piratería aérea sin resolver en los Estados Unidos y es uno de los pocos de ese tipo que quedan sin resolver en todo el mundo junto al vuelo 653 de Malaysia Airlines.

A pesar del gran número de pistas que se han encontrado con el paso de los años, no se ha encontrado evidencia concluyente sobre la identidad del secuestrador y su paradero. Existen múltiples teorías de lo que pudo haber sucedido tras el salto, pero el FBI cree que Cooper no sobrevivió. A finales de 1978, cerca del área donde se cree que aterrizó el secuestrador, se descubrió un cartel en el que había indicaciones para abrir las compuertas traseras de un Boeing 727. Asimismo, en febrero de 1980, en las orillas del río Columbia, un niño de ocho años encontró $5 880 en billetes de 20 que resultaron ser parte del rescate pagado. El resto del dinero no ha sido recuperado.

En octubre de 2007, el FBI declaró que había obtenido un perfil parcial del ADN de Cooper a partir de la corbata que había dejado en el avión. En diciembre de ese mismo año, la agencia reabrió el caso publicando nueva información y varios retratos que nunca antes habían sido mostrados al público con el objetivo de tratar de obtener nuevas pruebas que llevaran a su identificación. En la rueda de prensa, el FBI reiteró que cree que Cooper murió tras el salto, pero que continuaban investigando su identidad.

Aunque a finales de 1971 y principios del año siguiente se llevaron a cabo diversas búsquedas aéreas y terrestres en un área de 73 km² en donde se creía que Cooper había aterrizado, no se encontró ningún rastro del secuestrador o de su paracaídas. La velocidad del avión (91 metros por segundo), las diferencias de altitud y la incertidumbre del momento del salto dificultaron la determinación del punto exacto de aterrizaje. Debido a esto, el FBI cree que Cooper no sabía dónde iba a aterrizar, por lo que probablemente no había un cómplice en tierra que lo ayudase a escapar.7 Inicialmente, el FBI trabajó junto a los policías de los condados de Clark y Cowlitz, quienes realizaron búsquedas a pie y en helicóptero. Otros patrullaron el Lago Merwin y el Lago Yale en botes. Pese a que con el paso del tiempo no aparecía ningún tipo de pistas, la llegada del deshielo con la primavera boreal favoreció que se realizara una búsqueda terrestre extensiva, llevada a cabo por el FBI y más de 200 miembros del Ejército de los Estados Unidos que estaban estacionados en Fort Lewis. La expedición examinó metro por metro del área estimada de aterrizaje durante dieciocho días consecutivos del mes de marzo y por otros dieciocho días en abril de 1972. Después de seis semanas, la búsqueda no rindió ningún resultado, por lo que existe controversia sobre si Cooper aterrizó realmente en esa área y si sobrevivió al salto.

Mientras tanto, el FBI empezó a rastrear los 10 000 billetes de $20 usados para el rescate, dando a conocer los números de serie a bancos, compañías financieras y otros negocios. Asimismo, varias agencias policiales alrededor del mundo, incluyendo Scotland Yard, recibieron información sobre Cooper y los números de serie de los billetes. Durante los meses que siguieron al secuestro, Northwest Airlines ofreció una recompensa del 15% del dinero que se recuperara hasta un máximo de $25 000, pero la aerolínea retiró la oferta al no aparecer ninguna prueba. En noviembre de 1973, The Oregon Journal, un periódico de Portland, publicó por primera vez y con permiso del FBI los números de serie y ofreció $1 000 a la primera persona que encontrara uno de los billetes de $20.30 Posteriormente, el Seattle Post-Intelligencer ofreció una recompensa de $5 000 por uno de los billetes. A pesar del interés desatado por estas recompensas, los periódicos nunca recibieron ninguno de los billetes del rescate. Durante la década que precedió el secuestro, la policía local y el FBI habían resuelto dos crímenes importantes en el noroeste de los Estados Unidos (un robo de banco y una extorsión) rastreando los números de serie de los billetes y en ambos casos las autoridades tardaron solo varias semanas en atrapar a los criminales que habían usado el dinero en un área cercana pocos días después del crimen, circunstancia que no ocurrió en el caso de Cooper.

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