Un estudio realizado por científicos de alimentos de la Universidad de California en Davis ypublicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry reveló que el plástico utilizado para sellar vino en caja, es un fino polímero plástico (polietileno o polipropileno) que es muy fácil que el oxígeno llegue a través de el. A diferencia de corcho orgánico o sintético, que es también transpirable, la gran superficie de la bolsa significa más oxígeno puede llegar al vino con el tiempo.
Más importante aún es la temperatura a la que se almacena el vino, tanto antes como después de la venta. El estudio demostró que cualquier vino a altas temperaturas se echan a perder, pero los vinos en caja se estropean mucho más rápidamente que las botellas, cuando sube la temperatura. Su botella de vino tinto probablemente puede soportar unos cuantos grados más que una caja, pero asegúrese de que lo que usted compra se mantega fresco.