La idea inicial es enviar satélites a la órbita terrestre baja, debido que es más accesible para alcanzar, pero al mismo tiempo tendrían que lidiar con algunos inconvenientes, entre los que podemos contar a que viajarían a una velocidad muy rápida (90 minutos para dar una vuelta) y, por lo tanto, se necesitaría colocar muchos satélites en órbita para poder brindarles una conexión confiable a los clientes. Asimismo, se requeriría tener varias antenas en la Tierra, a fin de poder recibir la señal que emiten los satélites.
Nadie está diciendo que este proyecto va a ser fácil, pero la idea de una Internet incensurable en el espacio es cada vez más y más atractiva ya que los gobiernos se encargan de Gran Brotherify nuestras redes existentes. Piense en esto: ¿cuánto pagaría usted por un proveedor de servicios de Internet que usted puede confiar, independientemente de los caprichos ni idea contundente de los gobiernos y los reguladores?
Ya veremos, entonces, en qué culmina este proyecto. Suena bastante atractivo dadas las actuales circunstancias.