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lunes, 24 de septiembre de 2012

Andrea Mantegna

Nació en Isla de Carturo, un burgo en las cercanías de Padua, pero que en la época pertenecía al condado de Vicenza. A los 10 años comienza a trabajar en el taller de pintura de Francesco Squarcione en Padua. A los 17 años se independiza, cansado de que su talento artístico sea apropiado por su mantenedor.
En aquellos momentos Padua hierve como un lugar especialmente propicio para el arte de Mantegna. Él frecuenta los anticuarios de la ciudad, presta especial atención a la pintura y el arte de la antigua Roma y va perfilando su propio estilo. Sus primeros trabajos importantes los realiza en la capilla de San Jacopo y San Cristoforo de los Ovetari (iglesia de los Eremitani de Padua), junto con Ansuino da Forli, perdidos en su mayor parte tras los bombardeos sobre la ciudad en la Segunda Guerra Mundial.
En 1453 se casa con Nicolosia Bellini, cuyos hermanos —Giovanni Bellini, Gentile y Niccolò—, son también reconocidos artistas. En 1459, Ludovico Gonzaga convence al autor para que se traslade a Mantua. A partir de este momento trabajará toda su vida para la familia Gonzaga, bajo el mecenazgo directo de Isabel de Este, marquesa de Mantua y esposa de Francisco II Gonzaga. Realiza el que, para muchos, es su trabajo más importante: la decoración mural de La cámara de los esposos en el Palacio Ducal de los Gonzaga donde retrata a toda la familia llevando la perspectiva (que tan bien ha estudiado) a nuevas fronteras nunca antes vistas, de tal suerte que las paredes de la habitación parecen haber desaparecido hasta convertirse en escenas de la propia habitación. Realizó, para una capilla del castillo ducal mantuano, un retablo del que forma parte el Tránsito de la Virgen que se conserva en el Museo del Prado.