El origen de los símbolos de la baraja francesa no está claro. Algunos consideran que es una adaptación de los signos alemanes. Las bellotas y las hojas se habrían convertido en tréboles y picas, respectivamente, mientras que los corazones se habrían mantenido y los cascabeles habrían sido sustituidos por los diamantes, que sería la aportación original de Francia a los símbolos de los palos.
Una curiosa singularidad de las figuras de la baraja francesa es que tienen nombres propios, aunque no siempre han sido los mismos, ya que han ido variando según el gusto de la sociedad y los vaivenes de la historia. Las figuras tradicionales representan personajes considerados heroicos en la Edad Media.
Durante la Revolución francesa, los reyes se convirtieron en ciudadanos y fueron representados por personajes clásicos (Solón, Platón, Catón, Bruto) o escritores franceses célebres (Molière, Voltaire, La Fontaine, Rousseau); las damas fueron personificaciones de virtudes (Justicia, Prudencia, Unión, Fuerza), y otros personajes como Aníbal, Decio,Horacio y Escévola suplieron a los valets tradicionales. También durante la época revolucionaria las figuras fueron sustituidas por cartas simbólicas (ley, libertad, providencia eigualdad), por las cuatro estaciones del año o los cuatro elementos de los griegos (agua, fuego, aire y tierra).
Con la restauración monárquica posnapoleónica volvieron a utilizarse reyes (Carlomagno, San Luis, Francisco I y Enrique I), damas (Hildegarda, Blanca de Castilla, Margarita de Valois y Juana de Albret) y valets (Rolando, Bayard, Joinville y Crillon).
La literatura y la política aportaron en el siglo XIX su propia iconografía, es posible encontrar barajas cuyas figuras se inspiraron en novelas célebres como Los tres mosqueteros, e incluso una baraja en la que los reyes son Victor Hugo, Mac Mahon, Thiers y Jules Ferry.