Collage: vp.fo
“Si existiera un 'smartphone' que solo se pudiera recargar renunciando a diez minutos de vida, la gente lo haría”. Charlie Brooker, creador de la no tan futurista y distópica serie 'Black Mirror', definía así en una entrevista la relación obsesiva entre algunas personas y la tecnología. Puede sonar exagerado, pero hay gente dispuesta a arriesgar su integridad física por su teléfono inteligente.
Ella Birchenough, una joven de dieciséis años, demostró hasta dónde está dispuesta a llegar por amor a su iPhone. La joven quedó atascada en una alcantarilla de Eaves Road, en Dover (Gran Bretaña), cuando intentaba recuperar el móvil que se le había caído.
Birchenough compró el teléfono hacía dos semanas. Como mucha gente, andaba por la calle usando su nuevo juguete, pero al querer guardarlo en el bolsillo, el móvil resbaló y cayó por la alcantarilla. Horrorizada, no pensó ni en pedir ayuda ni en ninguna opción mejor que abrir la trampilla y tratar de agarrar el iPhone con los pies. Hasta que se sintió atascada.
Un testigo relató el momento a la BBC, describiéndolo como “un momento cómico de oro”. “Ella estaba más preocupada por recuperar su teléfono que por ser sacada del agujero”, destacó Tim Richards, de veintidós años, que se preguntaba “¿Cómo pensaba que iba a conseguir su teléfono?". Además, un taxista que presenció el suceso llegó a temer por la vida de la joven atascada. “¡Dios mío, se va a ahogar!”, pensó.
Tanto Richards como la madre de la joven, que acudió al lugar de los hechos, trataron de ayudarla, pero fueron finalmente los bomberos los que tuvieron que tomar cartas en el asunto para desencallar la situación.
La pregunta que rondaba la cabeza de muchos es clara. ¿Hasta dónde puede alguien llegar por su smartphone? Lo más sorprendente es la falta de sorpresa al ver los límites (o limitaciones) del ser humano y su relación con la tecnología.
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