El Ferguson rompió en nuevos disturbios después que el jurado decidió no procesar a la policía Darren Wilson, quien disparó el 09 de agosto a un adolescente desarmado, Michael Brown. Tras el anuncio, los manifestantes comenzaron a golpear escaparates y lanzar piedras a la policía, comenzaron los saqueos y los incendios. Decenas de edificios en llamas y varios coches de policía. La policía utilizó gases lacrimógenos contra los manifestantes y detuvo a varias docenas de manifestantes.