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jueves, 12 de febrero de 2015
Defensa estratégica de la La abubilla.
La abubilla suele anidar en huecos de árboles viejos, cavidades de edificios, grietas entre las rocas y montones de piedras. Como en el de su pariente el martín pescador, tiende a contener copiosas cantidades de heces y huelen muy mal, lo que sirve de protección contra depredadores. Las abubillas hembras que anidan, cuando son asustadas por un intruso hacen salir una pequeña gota de una secreción oleosa pestilente que producen en una glándula situada en la base de la cola. Esa secreción tiene esas propiedades a causa de las bacterias simbiontes que crecen en la glándula, y que proporcionan al ave defensas frente a posibles patógenos. Las hembras impregnan su cuerpo con esa secreción oscura con frecuencia, pero además recubren voluntariamente los huevos con ella untándosela con el pico, lo que aumenta su éxito de eclosión.
Ambos sexos son parecidos, mientras que las crias tienen colores más apagados. Instala su nido en el hueco de los árboles, en muros, en graneros, en tejados etc. Incuba la hembra, que permanece en el nido desde el comienzo de la puesta y es alimentada por el macho. Las cáscaras de los huevos tienen pequeños cráteres que sirven para retener la secreción uropigial de la hembra en su superficie lo que hace que vayan cambiando de color desde azulado a marrón a lo largo de la incubación. Los polluelos pueden permanecen en el nido 28 días y son alimentados con insectos, al principio solo con alimento aportado por el macho y luego por ambos padres.