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viernes, 6 de noviembre de 2015
Fotografías a color de la apertura de la tumba del faraón Tutankamón.
El arqueólogo británico Howard Carter (a las órdenes de Lord Carnarvon) descubrió la tumba de Tutankamón en el Valle de los reyes el 4 de noviembre de 1922, cerca de la entrada de la de Ramsés VI, la KV35. El hallazgo renovó el interés del mundo occidental por la egiptología. Carter avisó a Carnarvon y el 26 de noviembre ambos hombres fueron los primeros en entrar en la tumba en 200 años. Entonces, exclamó su famosa frase: «Veo cosas maravillosas».
Tras semanas de excavación cuidadosa, el 20 de marzo de 1923 Carter abrió la cámara interior y descubrió el sarcófago del faraón.
Desde que apareció el primer tramo de escalera el 4 de noviembre de 1922, el avance de la excavación fue lento y minucioso, concluyendo el 8 de noviembre de 1930, fecha en que se sacaron los últimos objetos
La tumba KV62, situada en el Valle de los Reyes (Egipto), es una tumba real egipcia. Fue descubierta en 1922 por Howard Carter bajo los restos de las viviendas de los trabajadores de la época ramésida, lo que la salvó de los saqueos de ese periodo. Como dato curioso, Carter consiguió fotografiar algunas ofrendas florales que se desintegraron al tocarlas.
La tumba consta de cuatro salas y estaba llena de objetos, pero en desorden. Debido a su estado y al método meticuloso de estudio de Carter, se tardó ocho años en vaciarla y trasladar al Museo Egipcio de El Cairo todo lo encontrado, más de 5.000 piezas, incluida la máscara funeraria de Tutankamón de oro macizo.
Se dice a menudo que la tumba de Tutankamón nunca fue violada, pero esto no es exacto. De hecho lo fue por lo menos dos veces no mucho después del entierro: hay evidencias de que en las puertas selladas se practicó una abertura en las esquinas superiores, que fue precintada de nuevo más adelante. Se ha estimado que el 60% de las joyas depositadas en la llamada "Tesorería" fueron robadas, y que los funcionarios de la necrópolis embalaron las que se salvaron de forma precipitada. Las puertas exteriores de las capillas, que incluían los ataúdes jerarquizados del rey, se dejaron abiertas y sin sellar.
Parece ser que, tras uno de los robos, algunos artículos de la KV62 se depositaron en la KV54.