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jueves, 10 de marzo de 2016
Profeta en su tiertra.
El almirante coreano Yi Sun-sin (1545-1598) era de una familia muy humilde. Se le consideraba "poco fiable" y había sido privado de su capacidad para actuar en el servicio público. Para la celebración de las ceremonias conmemorativas en memoria de los familiares reprimidos fue condenado a un mes de arresto y castigado a ser golpeado en público. Pero para su suerte le fueron perdonados. Esto permitió que Yi Sun-sin fuera a la Academia Militar. Después de 8 años de entrenamiento Yi Sun-sin entregó los exámenes y demostro excelentes resultados en el tiro con arco de pie, el combate mano a mano y la espada. Sin embargo, el tiro con arco a caballo Yi Sun-sin cayó de su caballo y se rompió la pierna derecha. A pesar del dolor, se vendó la herida con corteza de sauce, la segunda vez que montaba el caballo, y ejecutó la especificación. Debido a la caída del examen que no fue contada, pero la fuerza de voluntad de este joven cadete impacto a los examinadores. Cuatro años más tarde fue capaz de volver a tomar el examen. Trabajando funcionario militar, se negó a aceptar sobornos. Unos pocos años más tarde regresó al servicio militar - acercarse a la guerra con Japón. Yi Sun-sin comenzó a reformar las naves e inició el desarrollo de una nueva arma secreta el Barco Tortuga.
Yi Sun Sin como almirante y general coreano logró defender su patria de las incursiones niponas del 1592 durante la dinastía Joseon de Corea. La Corte real coreana finalmente le concedió honores,
En la actualidad, Yi es ampliamente reconocido como un héroe en Corea y muchos han estudiado tanto su figura como sus diarios, poseía muchas cualidades que le convirtieron en un gran jefe militar. En primer lugar fue un innovador tecnológico lo que llevó a que la flota coreana tuviese ventaja sobre la japonesa. A diferencia de estos, Yi Sun Sin, no buscaba el terminar la batalla con el abordaje de las naves enemigas sino que intentaba flanquearlas y destruirlas con su superior artillería.
Uno de los secretos de su éxito fue el concienzudo conocimiento que poseía de la costa coreana, sabía donde el mar era poco profundo o donde existían bancos de arena o rocas que pudieran dañar los barcos. También poseyó una gran audacia y el hecho de contar con menos naves que su enemigo nunca fue un obstáculo para la realización de operaciones o para presentar batalla.
También poseía una amplia red de espionaje basado en pescadores y pastores que le indicaban la situación de la flota enemiga.
El vicealmirante de la Armada Real Británica George Alexander Ballard en su libro “The influence of the sea on the Political History of Japan” expresó de esta forma su admiración por el almirante coreano y su genio estratégico:
Barco Tortuga, es una galera desarrollada en Corea en el Siglo XVI. El barco tortuga se hizo famoso después de que el almirante coreano Yi Sun Sin y su subordinado, el teniente Na Dae Yong, los utilizaran innovadoramente en la guerra que lucharon los coreanos para evitar la invasión de Japón entre 1592 y 1598.
Este tipo de embarcación contaba con una armadura cubriendo el techo de la nave, que protegía a marineros y remeros. Esta protección estaba formada por planchas de madera que impedían al enemigo abordar la nave. Por la boca de la cabeza de dragón en el frente se liberaban vapores y humos para ocultar al barco del enemigo. Además contaban con poder de artillería, otorgado por una carga de 11 cañones por banda, dos en la popa y uno en proa.1 Su aspecto se asemejaba al de una tortuga, derivando de ahí su nombre.
La propulsión de los barcos tortuga era generada por un conjunto de velas sobre el barco y por los remeros que se encontraban dentro de la nave.2
Su uso fue muy difundido en batallas navales lideradas por el almirante Yi Sun Sin, especialmente en las de Noryang y Myeongyang, en las cuales la flota de Japón sufrió cuantiosas pérdidas que la obligaron a olvidar sus sueños de invadir Corea.