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jueves, 14 de abril de 2016

El año en que el Papa Gregorio IX ordeno la persecución de los gatos negros.



El año en que el Papa Gregorio IX ordeno la persecución de los gatos negros por considerarlos protejidos por el Demonio.

Fue en 1233 cuando el papa Gregorio IX declaró al gato negro la reencarnación de Satanás y mensajero de las brujas. Debemos pensar que se quedó tan tranquilo en su silla gestatoria mientras se desencadenaba una persecución y exterminio, que por extensión se hizo a todos los gatos y que alcanzó cotas de barbarie. Los gatos fueron quemados, empalados, ahogados, arrojados desde las alturas ( aunque en vista de que gracias a sus “diabólicas artes” caían de pie se fueron utilizando métodos más sofisticados de sufrimiento y muerte).

Dicen que en el pecado se lleva la penitencia y así fue en este caso. No porque el demonio saliera en defensa de sus supuestos reencarnados, sino porque un microorganismo “YERSINIAPESTIS” causante de la peste bubónica, por medio de la picadura de las pulgas portadoras a roedores que muerden a los humanos, circuló a sus anchas, porque los europeos habían hecho desaparecer a los gatos, depredadores de los roedores. Eso sí que fue mala suerte, porque la peste en cuestión duró más de 400 años.