Unos 700 años antes de que naciera Jesús, la antigua Roma era gobernada por el rey Numa Pompilio. Los sacerdotes le dijeron que la diosa Vesta, podría proteger a su país de sus enemigos. Para ello, debia encender el fuego mágico en su honor, y nunca dejar que se extinga. Este fuego divino debia ser cuidado por sacerdotisas vírgenes, conocido en la historia como las vestales.
Vesta era la diosa romana de la tierra. Sus sacerdotisas eran las vírgenes Vestales originariamente dos en número, luego cuatro y luego seis. Usaban ropas blancas que debían mantenerse inmaculadamente limpias. Las sacerdotisas debían mantenerse castas durante su servicio. Después de esto, entre las edades de 36 y 40, les estaba permitido casarse. Se les requería mantener el fuego sagrado en el templo y eran severamente castigadas si el fuego se apagaba. El castigo por romper el voto de la castidad era aun mas grave. La sacerdotisa que había faltado al voto era encerrada y dejada morir lentamente. Esta practica se denominaba "immuring" y era aplicada también a las monjas que no cumplían con sus votos. Existen muchos paralelismos entre las prácticas de la Iglesia Católica hacia la Virgen María y el culto a Vesta, pero igualmente también existen grandes diferencias. Las Vestales eran personas consideradas de un alto status social en la antigua sociedad romana. Se hallaban por encima de las leyes que regían a lo ciudadanos normales, pero también estaban gobernadas por un estricto conjunto de leyes. Tenían poderes especiales, como otorgar el perdón a los prisioneros y estaban involucradas en los mas altos rituales del Estado. Su status provenía de la idea de que simbolizaban la incorporación del espíritu del Estado Romano, y su virginidad simbolizaba la integridad y la inviolabilidad del alma de Roma. Por eso, romper su voto de castidad amenazaba con romper los fundamentos del Estado.
Los Romanos no tenían una noción del individualismo muy desarrollada, un Romano era por sobre todo un ciudadano, un ser con un propósito colectivo. Pensar que Vesta simbolizaba el centro del self era una idea extraña a la manera de pensar romana. Roma pensaba más en términos del psiquismo colectivo que en términos del psiquismo individual. En ese caso, las vírgenes vestales se convertían en las guardianas de la integridad del self, y su virginidad significaba la inviolabilidad de este espacio sagrado. Existe otro factor en la historia de las vírgenes vestales que apunta a una paradoja al corazón del arquetipo vestal. Las vírgenes vestales eran tradicionalmente desfloradas en un rito, mediante un objeto sagrado conocido con el nombre de palladium. Esta iniciación era considerada como un matrimonio con sus deberes hacia la Diosa. Al mismo tiempo, se convertían en vírgenes y en iniciadas. Finalmente, el culto a las vírgenes vestales era una versión patriarcal de un culto pre-helénico en cual las vírgenes eran como prostitutas sagradas.
VESTA, LA PUREZA Y EL PURITANISMO
Es fácil proyectar nuestro bagaje cultural en la cultura romana y presumir que las vírgenes vestales eran similares a nuestras monjas. También es importante recordar que la cultura romana no asignaba una gran importancia a la virginidad per se -. El problema con el cual nos encontramos al acercarnos al arquetipo vestal es la tradición que equipara la espiritualidad al rechazo de la sexualidad. Este no era el caso en la cultura romana, en la cual fuerzas poderosas debían ser utilizadas para suprimir la libre expresión de la sexualidad femenina, la cual representaba una amenaza a la acción masculina de ser la dueña de la sexualidad femenina. Para entender la naturaleza de Vesta, necesitamos distinguir entre el espíritu de pureza que esta representa y el fenómeno social/religioso del Puritanismo, el cual es una distorsión de este espíritu. Vesta no es intrínsecamente antisexual: el fuego en el hogar representa la potencia sexual masculina para los Romanos. Rómulo, uno de los legendarios fundadores de Roma, fue teóricamente engendrado por un falo que apareció en la llama del fuego vestal. El agua usada para limpiar el templo significaba la fertilidad femenina. Finalmente, Vesta tenia el poder de incentivar el erotismo, también tendía a demorar o negar la consumación del acto sexual. Una de las funciones de Vesta es la que el psicoanalista Sigmund Freud llamó "sublimación" a la canalización de la energía sexual hacia una esfera cultural o hacia otro modo de expresión. Un buen ejemplo a esto es el famoso escritor D. H. Lawrence cuyo Sol en Virgo y Júpiter se hallaban en cuadratura con Vesta. Lawrence era impotente, pero al mismo tiempo canalizó sus poderosos instintos sexuales en una literatura creativa que desafió la moralista expresión de su época. El espíritu de pureza de Vesta se puede manifestar en diferentes niveles. En su forma más básica, puede tomar la forma de la típica necesidad virginiana de lavar y limpiar un acto de purificación. Al nivel del cuerpo, Vesta se puede manifestar a través de una refinada sensibilidad a la contaminación física y ambiental por ejemplo, intolerancia a los aditivos de los alimentos o a químicos que contaminan el aire. A un nivel emocional, Vesta puede ser igualmente sensible, el mundo y sus confusiones pueden ser vistos como contaminantes, sucios o dañados en alguna forma. Vesta es capaz de detectar y aumentar aun hasta la mas ínfima imperfección.
LA INOCENCIA, LA VIOLACION, LA VERGÜENZA Y LA INICIACION
El centro de la sexualidad se relaciona íntimamente con nuestra afectividad, nuestro santuario mas intimo y mas privado. Esto es mas claramente demostrado en las mujeres, en la cuales la vulnerabilidad de la verdadera intimidad sexual es necesariamente reciproca y simétrica. El rol de Vesta es el de proteger este santuario interior de la contaminación o de la violación. Vesta es extremadamente sensible a las impurezas, protege el santuario interior de quien pudiera dañarlo o contaminarlo. No se trata simplemente de una violación de carácter sexual. Es la protección de la parte mas intima e inocente del alma. Creo que esta parte virginal e inocente es como el interior de una flor que no se ha abierto todavía. La psiquis que es fuerte y no es sobreprotegida se abre al mundo en un proceso natural que es el que hace que toda flor florezca alguna vez. Vesta ayuda a hacer que esto se produzca en el momento adecuado. Si la inocencia de la psiquis es prematuramente dañada, esto se convierte en una tragedia, no sólo porque la inocencia es bella y valiosa, sino porque la destrucción de esta interrumpe el proceso de desarrollo de la psiquis, como si uno abriera un antes de tiempo.
Cuando el altar de Vesta es prematuramente o violentamente expuesto, la respuesta del ser humano es de vergüenza. Esta es una palabra clave para este simbolo, la vergüenza es para Vesta como la melancolía es para Saturno y como la ira corresponde a Marte. Una sensación de vergüenza no tiene por qué convertirse en algo necesariamente poco sano. Puede prevenirnos acerca de la exageración o la excesiva exposición de ser, y nos inhibe de "violar" a otros. Aunque la vergüenza es dolorosa y nos humilla, el avergonzarnos de nuestro comportamiento nos puede llevar a restaurar una correcta relación espiritual con el mundo, si estamos preparados a escuchar y a responder al mensaje. La capacidad de avergonzarnos sanamente es una capacidad que nos da Vesta. Por otro lado, una violación profunda de la parte mas sagrada de nuestra psique deja un residuo de una vergüenza poco saludable, una sensación venenosa de estar vergonzosamente manchados en nuestro interior. La "vergüenza tóxica" tomando la frase del psicólogo John Bradshaw puede extenderse a todo el aparato psíquico, comprometiendo la salud y las funciones corporales a todo nivel. El desfloramiento ritual de las vírgenes vestales nos habla de una distinción clara entre violación e iniciación. La iniciación es fundamentalmente un rito sagrado de pasaje de un estado de conciencia a otro estado de conciencia aun mayor, es decir pasar de la inocencia al conocimiento. El momento de la iniciación era en tiempos antiguos estrictamente controlado, y la persona que iba a ser iniciada era debidamente preparada. La función saludable de Vesta es resistirse a la violación y promover la iniciación. La falta de relación con el arquetipo Vestal es parte de la pérdida de los rituales culturales de iniciación que estructuraban la transición entre la inocencia y la conciencia. Como resultado de esto, nuestra sociedad ha perdido la capacidad de proteger a sus niños contra la violencia o imágenes cargadas de oscuro significado. Los jóvenes comienzan a crear sus propios ritos de iniciación creados por ellos mismos, que consisten en correr riesgos o abusar del uso de drogas. Sin la guía de una tradición de iniciación, usualmente son "violados" en lugar de verse "iniciados". Daría la sensación de que nuestra sociedad ha perdido el valor que se le daba a la inocencia y la importancia de la iniciación en si misma.
LA AUTO CONTENCION
La palabra "virgen" deriva de la palabra latina "virgo" que significaba "doncella", una mujer que no pertenecía a ningún hombre. Vesta representa la parte de nosotros mismos que todavía tiene que abrirse, pero también la parte que permanece como una totalidad libre, pero completa. Esta clase de autonomía es diferente de la de por ejemplo, Marte quien es ferozmente independiente y asertivo acerca de esta separación. La autonomía de Vesta es contenida, y conlleva una capacidad de una soledad enriquecedora. En un sentido positivo, es la capacidad para la introversión meditadora y para focalizar (esta palabra deriva del latín "focus" que significa centro". Puede además incluir timidez e incapacidad de sostener conexiones con los demás. Es la parte de uno mismo a la cual los demás no pueden acceder.
LA DONCELLA EN LA TORRE
Un tema recurrente en los cuentos es el tema de la doncella que ha sido encerrada en la torre por una fuerza maligna y espera ser rescatada. Existe un riesgo en el rol protector de Vesta como protectora de la psiquis, es el peligro en que ésta se convierta en una fuerza que aprisiona y que impide el contacto con el mundo y con los demás. Estos problemas de conexión son comunes cuando Vesta esta muy enfatizada en la carta. La doncella en el cuento es usualmente rescatada por un príncipe que logra vencer los obstáculos mediante una gran fuerza. En el momento en que el príncipe o el personaje rescatador se dispone a liberarla, la doncella se encuentra tan asustada que se resiste a dejar su torre de cristal, en donde se siente "segura". El arquetipo vestal se resiste entonces a abandonar su refugio, exponerse al mundo exterior pleno de violencia y de complicaciones. Logra mantenerse apartada de este a costa de la pérdida de su vida emocional y de su sensualidad. El genuino sentido de la pureza de Vesta pudo convertirse en un rechazo neurótico de su parte física, con un erróneo sentido de su superioridad, como si se considerara mas pura que los demás y no le interesara inmiscuirse en la vida misma. Por debajo de esta postura subyacen profundos temores, envidia y desesperación, mezclados con el sentimiento de que su temor hacia la vida le ha impedido disfrutar de sus placeres en plenitud.
A pesar de esto, Vesta se niega y se resiste a la iniciación que podría llevarla mas allá de su inocencia y conventirla en una poderosa iniciadora y en una sacerdotisa sexual. Esta negación puede convertirse en fobias acerca de la suciedad, de los gérmenes, ansiedades sexuales y rechazo hacia la sexualidad en general. Vesta también puede verse implicada en trastornos obsesivo/compulsivos o en agorafobia.
LA PARADOJA DE LA VIRGEN Y LA PROSTITUTA.
Hemos notado que las vírgenes Vestales fueron en un principio tomadas como una especie de prostitutas sagradas. El mundo de los arquetipos es un mundo intrínsecamente paradójico en donde los opuestos se convierten en el otro. La virgen Vestal y la Prostituta no pueden estar separadas, como el símbolo ying y yang tienen su semilla la una en la otra. Para el mundo cristiano en donde todo se evalúa en términos de blanco y negro, bueno o malo este concepto es incomprensible, pero desde una perspectiva espiritual, que sí acepta las paradojas, es totalmente comprensible. Es más, cuanto mas se instala Vesta en una posición de monja casta, más fuertemente aparece el arquetipo de las prostituta en la sombra. Al mismo tiempo, cuando se libera la sexualidad, la imagen de la virgen pura y casta no cesa de aparecer.
En la tradición cristiana la virgen y la prostituta tienen el mismo nombre: María. A pesar de que la Cristiandad dividió los arquetipos en dos, aparece frecuentemente una equivalencia subyacente entre la Virgen y la Prostituta. Amigos y clientes míos en los cuales el arquetipo de Vesta aparece en un lugar destacado han ocupado todos los lugares en el espectro entre la virginidad y la prostitución. Se ven atrapados en el clásico dilema de Virgo entre el espíritu y el cuerpo, tratando de resolver la gran atracción hacia la pureza y el deseo imposible de soslayar de la encarnación física. El confinamiento de la virgen refleja el miedo a caer desde la pureza interior a la atrapante oscuridad de la materia, pero al mismo tiempo la virgen que se amuralla detrás de su torre está igualmente aprisionada. Sin lugar a dudas, la respuesta subyace en el redescubrimiento de la prostituta "sagrada" quien, fusionando lo sexual con lo espiritual realiza una transformación alquímica de base y cura así la antigua dicotomía entre el arquetipo que constituye la herida de Vesta.
Los Romanos no tenían una noción del individualismo muy desarrollada, un Romano era por sobre todo un ciudadano, un ser con un propósito colectivo. Pensar que Vesta simbolizaba el centro del self era una idea extraña a la manera de pensar romana. Roma pensaba más en términos del psiquismo colectivo que en términos del psiquismo individual. En ese caso, las vírgenes vestales se convertían en las guardianas de la integridad del self, y su virginidad significaba la inviolabilidad de este espacio sagrado. Existe otro factor en la historia de las vírgenes vestales que apunta a una paradoja al corazón del arquetipo vestal. Las vírgenes vestales eran tradicionalmente desfloradas en un rito, mediante un objeto sagrado conocido con el nombre de palladium. Esta iniciación era considerada como un matrimonio con sus deberes hacia la Diosa. Al mismo tiempo, se convertían en vírgenes y en iniciadas. Finalmente, el culto a las vírgenes vestales era una versión patriarcal de un culto pre-helénico en cual las vírgenes eran como prostitutas sagradas.
VESTA, LA PUREZA Y EL PURITANISMO
Es fácil proyectar nuestro bagaje cultural en la cultura romana y presumir que las vírgenes vestales eran similares a nuestras monjas. También es importante recordar que la cultura romana no asignaba una gran importancia a la virginidad per se -. El problema con el cual nos encontramos al acercarnos al arquetipo vestal es la tradición que equipara la espiritualidad al rechazo de la sexualidad. Este no era el caso en la cultura romana, en la cual fuerzas poderosas debían ser utilizadas para suprimir la libre expresión de la sexualidad femenina, la cual representaba una amenaza a la acción masculina de ser la dueña de la sexualidad femenina. Para entender la naturaleza de Vesta, necesitamos distinguir entre el espíritu de pureza que esta representa y el fenómeno social/religioso del Puritanismo, el cual es una distorsión de este espíritu. Vesta no es intrínsecamente antisexual: el fuego en el hogar representa la potencia sexual masculina para los Romanos. Rómulo, uno de los legendarios fundadores de Roma, fue teóricamente engendrado por un falo que apareció en la llama del fuego vestal. El agua usada para limpiar el templo significaba la fertilidad femenina. Finalmente, Vesta tenia el poder de incentivar el erotismo, también tendía a demorar o negar la consumación del acto sexual. Una de las funciones de Vesta es la que el psicoanalista Sigmund Freud llamó "sublimación" a la canalización de la energía sexual hacia una esfera cultural o hacia otro modo de expresión. Un buen ejemplo a esto es el famoso escritor D. H. Lawrence cuyo Sol en Virgo y Júpiter se hallaban en cuadratura con Vesta. Lawrence era impotente, pero al mismo tiempo canalizó sus poderosos instintos sexuales en una literatura creativa que desafió la moralista expresión de su época. El espíritu de pureza de Vesta se puede manifestar en diferentes niveles. En su forma más básica, puede tomar la forma de la típica necesidad virginiana de lavar y limpiar un acto de purificación. Al nivel del cuerpo, Vesta se puede manifestar a través de una refinada sensibilidad a la contaminación física y ambiental por ejemplo, intolerancia a los aditivos de los alimentos o a químicos que contaminan el aire. A un nivel emocional, Vesta puede ser igualmente sensible, el mundo y sus confusiones pueden ser vistos como contaminantes, sucios o dañados en alguna forma. Vesta es capaz de detectar y aumentar aun hasta la mas ínfima imperfección.
LA INOCENCIA, LA VIOLACION, LA VERGÜENZA Y LA INICIACION
El centro de la sexualidad se relaciona íntimamente con nuestra afectividad, nuestro santuario mas intimo y mas privado. Esto es mas claramente demostrado en las mujeres, en la cuales la vulnerabilidad de la verdadera intimidad sexual es necesariamente reciproca y simétrica. El rol de Vesta es el de proteger este santuario interior de la contaminación o de la violación. Vesta es extremadamente sensible a las impurezas, protege el santuario interior de quien pudiera dañarlo o contaminarlo. No se trata simplemente de una violación de carácter sexual. Es la protección de la parte mas intima e inocente del alma. Creo que esta parte virginal e inocente es como el interior de una flor que no se ha abierto todavía. La psiquis que es fuerte y no es sobreprotegida se abre al mundo en un proceso natural que es el que hace que toda flor florezca alguna vez. Vesta ayuda a hacer que esto se produzca en el momento adecuado. Si la inocencia de la psiquis es prematuramente dañada, esto se convierte en una tragedia, no sólo porque la inocencia es bella y valiosa, sino porque la destrucción de esta interrumpe el proceso de desarrollo de la psiquis, como si uno abriera un antes de tiempo.
Cuando el altar de Vesta es prematuramente o violentamente expuesto, la respuesta del ser humano es de vergüenza. Esta es una palabra clave para este simbolo, la vergüenza es para Vesta como la melancolía es para Saturno y como la ira corresponde a Marte. Una sensación de vergüenza no tiene por qué convertirse en algo necesariamente poco sano. Puede prevenirnos acerca de la exageración o la excesiva exposición de ser, y nos inhibe de "violar" a otros. Aunque la vergüenza es dolorosa y nos humilla, el avergonzarnos de nuestro comportamiento nos puede llevar a restaurar una correcta relación espiritual con el mundo, si estamos preparados a escuchar y a responder al mensaje. La capacidad de avergonzarnos sanamente es una capacidad que nos da Vesta. Por otro lado, una violación profunda de la parte mas sagrada de nuestra psique deja un residuo de una vergüenza poco saludable, una sensación venenosa de estar vergonzosamente manchados en nuestro interior. La "vergüenza tóxica" tomando la frase del psicólogo John Bradshaw puede extenderse a todo el aparato psíquico, comprometiendo la salud y las funciones corporales a todo nivel. El desfloramiento ritual de las vírgenes vestales nos habla de una distinción clara entre violación e iniciación. La iniciación es fundamentalmente un rito sagrado de pasaje de un estado de conciencia a otro estado de conciencia aun mayor, es decir pasar de la inocencia al conocimiento. El momento de la iniciación era en tiempos antiguos estrictamente controlado, y la persona que iba a ser iniciada era debidamente preparada. La función saludable de Vesta es resistirse a la violación y promover la iniciación. La falta de relación con el arquetipo Vestal es parte de la pérdida de los rituales culturales de iniciación que estructuraban la transición entre la inocencia y la conciencia. Como resultado de esto, nuestra sociedad ha perdido la capacidad de proteger a sus niños contra la violencia o imágenes cargadas de oscuro significado. Los jóvenes comienzan a crear sus propios ritos de iniciación creados por ellos mismos, que consisten en correr riesgos o abusar del uso de drogas. Sin la guía de una tradición de iniciación, usualmente son "violados" en lugar de verse "iniciados". Daría la sensación de que nuestra sociedad ha perdido el valor que se le daba a la inocencia y la importancia de la iniciación en si misma.
LA AUTO CONTENCION
La palabra "virgen" deriva de la palabra latina "virgo" que significaba "doncella", una mujer que no pertenecía a ningún hombre. Vesta representa la parte de nosotros mismos que todavía tiene que abrirse, pero también la parte que permanece como una totalidad libre, pero completa. Esta clase de autonomía es diferente de la de por ejemplo, Marte quien es ferozmente independiente y asertivo acerca de esta separación. La autonomía de Vesta es contenida, y conlleva una capacidad de una soledad enriquecedora. En un sentido positivo, es la capacidad para la introversión meditadora y para focalizar (esta palabra deriva del latín "focus" que significa centro". Puede además incluir timidez e incapacidad de sostener conexiones con los demás. Es la parte de uno mismo a la cual los demás no pueden acceder.
LA DONCELLA EN LA TORRE
Un tema recurrente en los cuentos es el tema de la doncella que ha sido encerrada en la torre por una fuerza maligna y espera ser rescatada. Existe un riesgo en el rol protector de Vesta como protectora de la psiquis, es el peligro en que ésta se convierta en una fuerza que aprisiona y que impide el contacto con el mundo y con los demás. Estos problemas de conexión son comunes cuando Vesta esta muy enfatizada en la carta. La doncella en el cuento es usualmente rescatada por un príncipe que logra vencer los obstáculos mediante una gran fuerza. En el momento en que el príncipe o el personaje rescatador se dispone a liberarla, la doncella se encuentra tan asustada que se resiste a dejar su torre de cristal, en donde se siente "segura". El arquetipo vestal se resiste entonces a abandonar su refugio, exponerse al mundo exterior pleno de violencia y de complicaciones. Logra mantenerse apartada de este a costa de la pérdida de su vida emocional y de su sensualidad. El genuino sentido de la pureza de Vesta pudo convertirse en un rechazo neurótico de su parte física, con un erróneo sentido de su superioridad, como si se considerara mas pura que los demás y no le interesara inmiscuirse en la vida misma. Por debajo de esta postura subyacen profundos temores, envidia y desesperación, mezclados con el sentimiento de que su temor hacia la vida le ha impedido disfrutar de sus placeres en plenitud.
A pesar de esto, Vesta se niega y se resiste a la iniciación que podría llevarla mas allá de su inocencia y conventirla en una poderosa iniciadora y en una sacerdotisa sexual. Esta negación puede convertirse en fobias acerca de la suciedad, de los gérmenes, ansiedades sexuales y rechazo hacia la sexualidad en general. Vesta también puede verse implicada en trastornos obsesivo/compulsivos o en agorafobia.
LA PARADOJA DE LA VIRGEN Y LA PROSTITUTA.
Hemos notado que las vírgenes Vestales fueron en un principio tomadas como una especie de prostitutas sagradas. El mundo de los arquetipos es un mundo intrínsecamente paradójico en donde los opuestos se convierten en el otro. La virgen Vestal y la Prostituta no pueden estar separadas, como el símbolo ying y yang tienen su semilla la una en la otra. Para el mundo cristiano en donde todo se evalúa en términos de blanco y negro, bueno o malo este concepto es incomprensible, pero desde una perspectiva espiritual, que sí acepta las paradojas, es totalmente comprensible. Es más, cuanto mas se instala Vesta en una posición de monja casta, más fuertemente aparece el arquetipo de las prostituta en la sombra. Al mismo tiempo, cuando se libera la sexualidad, la imagen de la virgen pura y casta no cesa de aparecer.
En la tradición cristiana la virgen y la prostituta tienen el mismo nombre: María. A pesar de que la Cristiandad dividió los arquetipos en dos, aparece frecuentemente una equivalencia subyacente entre la Virgen y la Prostituta. Amigos y clientes míos en los cuales el arquetipo de Vesta aparece en un lugar destacado han ocupado todos los lugares en el espectro entre la virginidad y la prostitución. Se ven atrapados en el clásico dilema de Virgo entre el espíritu y el cuerpo, tratando de resolver la gran atracción hacia la pureza y el deseo imposible de soslayar de la encarnación física. El confinamiento de la virgen refleja el miedo a caer desde la pureza interior a la atrapante oscuridad de la materia, pero al mismo tiempo la virgen que se amuralla detrás de su torre está igualmente aprisionada. Sin lugar a dudas, la respuesta subyace en el redescubrimiento de la prostituta "sagrada" quien, fusionando lo sexual con lo espiritual realiza una transformación alquímica de base y cura así la antigua dicotomía entre el arquetipo que constituye la herida de Vesta.