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lunes, 3 de octubre de 2016

La increíbles historia de la mujer que ayudo a recuperar obras de arte robadas por los Nazis.


Durante la Segunda Guerra Mundial, el Tercer Reich no solamente quiso apoderarse de Europa, su territorio, sus ciudades y sus riquezas. También quiso para sí todo el arte que pudiera robar y saquear. Adolf Hitler planeaba crear en la ciudad austriaca de Linz en Museo del Führer donde deberían mostrarse todas aquellas obras. Hitler no consiguió dominar Europa. Tampoco su arte. Fue gracias al esfuerzo de muchos hombres y mujeres. Entre todos ellos, destacó la labor impagable de Rose Valland, una especialista en arte que colaboró con la resistencia francesa y con los aliados para recuperar más de sesenta mil piezas artísticas escondidas en lugares tan insospechados como minas de sal o casas de granjeros.

Rose Antonia Maria Valland nació el 1 de noviembre de 1898 en Saint-Étienne-de-Saint-Geoirs, Isère. Rose era hija de un herrero y provenía de una familia humilde por lo que recibió una educación básica en su ciudad natal. Pero la pequeña Rose soñaba con convertirse algún día en profesora de arte por lo que estudió y estudió para graduarse en 1918 y poder ingresar en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lyon. Allí permaneció hasta 1922. Tras superar con creces el difícil examen de acceso, fue admitida en la Escuela Superior de Bellas Artes de París donde se graduó en 1925.
Desde entonces, Rose compaginó su trabajo como profesora de arte y sus estudios en la escuela de arte del Louvre y de la universidad de París.
Cuando los nazis ocuparon Francia, Rose Valland se encontraba trabajando en el museo de arte del Jeu de Paume, lugar elegido por los dirigentes alemanes como centro de operaciones para recopilar, catalogar y almacenar todas las obras de arte robadas en territorio francés.

El talento artístico de Rose y su actitud callada y tímida fueron razones más que convincentes para los nazis al contratarla como responsable de aquel saqueo a gran escala. Pero lo que no sabían era que Rose conocía el alemán y trabajaba con la resistencia francesa.
Rose Valland se jugó la vida escondiendo algunas piezas de arte, llevando un registro secreto, escrito y visual, de todas las entradas y salidas de cuadros, estatuas y otras obras. Gracias a toda esa información, algunos trenes que salieron de París cargados de arte fueron interceptados por la resistencia.
Con la llegada de las tropas aliadas, Rose colaboró con americanos e ingleses para descubrir los escondites secretos en los territorios que aún permanecían en manos del Tercer Reich.
Terminada la guerra, Rose Valland continuó trabajando en el mundo del arte formando parte de la Comisión para la Recuperación Artística. Rose, que dedicó su vida al arte, escribió sus periplos durante la Segunda Guerra Mundial en un libro en 1961, titulado El frente del arte.

Retirada oficialmente en 1968, Rose no se desvinculó nunca de su gran pasión, que le valió ser galardonada con reconocimientos tan importantes como la Legión de Honor Francesa o la Medalla de la Resistencia. También en Alemania y Estados Unidos recibió premios y reconocimientos. No en vano, fue su valiente labor en el Jeu de Paume la que permitió recuperar miles y miles de obras de arte, desde pequeños cuadros privados, hasta grandes obras maestras de la historia del arte.



Rose Valland falleció el 18 de septiembre de 1980 en su ciudad natal, donde había vuelto para tener una existencia tranquila tras haber vivido una vida de novela.