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lunes, 24 de octubre de 2016

¿Y para qué sirve?



En 1969, el Comité Conjunto del Congreso sobre Energía Atómica citó a Robert Wilson, el físico encargado de la construcción del Ferrnilab, para que ayudase a los senadores y congresistas a entender los motivos de un proyecto que costaría muchos millones de dólares. Supuso un punto de inflexión en la historia de la física de partículas en Estados Unidos. El Proyecto Manhattan había propiciado que aumentasen tanto su influencia como su financiación, pero no estaba claro de qué manera la búsqueda de nuevas partículas elementales tendría algún resultado tangible, como un nuevo tipo de arma.

Conversación entre el senador estadounidense Pastore y el científico Robert R. Wilson en relación a la financiación del Fermilab (del que Wilson era su director):

“Senador Pastore: ¿Hay algo, relacionado con este acelerador que, de alguna manera, ayude a la seguridad del país?

Dr. Wilson: No, señor. No lo creo.

Senador Pastore: ¿Nada en absoluto?

Dr. Wilson: Nada en absoluto.

Senador Pastore: ¿No tiene en ese sentido ningún valor?


Dr. Wilson: Sólo tiene que ver con el valor que nos otorgamos los unos a los otros, con el mutuo respeto, la dignidad del hombre, nuestro amor por la cultura. Tiene que ver con esas cosas. Tiene que ver con buenos pintores, buenos escultores y grandes poetas. Quiero decir, todas esas cosas que los hombres respetamos, veneramos y queremos en nuestro país y por lo que somos patriotas. No tiene nada que ver directamente con la defensa de nuestro país, excepto en hacer que merezca la pena defenderlo”.