No hay ninguna garantía de que un niño adolescente no se meta en problemas o no esté en alguna situación complicada que no pueda resolver solo, y cada padre responsable debe ayudarle.
Imagína esto: tu hijo adolescente sale con sus "amigos". Como bien lo sabemos, no todos los amigos pueden ser buenos. De pronto ellos deciden beber alcohol o algo peor. Luego los eventos pueden tomar un rumbo totalmente inesperado, pero incluso si tu hijo se siente incómodo en esta situación, es poco probable que te pueda llamar y pedir ayuda. Incluso si lo llamas tú, estando con sus amigos, te dirá que todo está bien, porque a los adolescentes se les hace muy difícil ir en contra de sus amistades o hacerse pasar por un cobarde.
Bert Fulks, un pastor de los Estados Unidos, entiende a la perfección esta característica psicológica de los adolescentes y quiso evitar tales situaciones con su hijo menor, Danny. A pesar de que Fulks se había acostumbrado a confiar en su hijo, quería estar seguro de que él tuviera la confianza suficiente para acudir a buscar ayuda cuando fuera necesario. Papá inventó un código secreto: una especie de S.O.S. Al usar esta señal, Danny podía evitar tener miedo de que sus amigos lo juzgaran.
La idea genial se le ocurrió al pastor después de visitar centros de rehabilitación para adolescentes drogadictos. En las conversaciones con los chicos les hacía la misma pregunta: “¿Cuántos de ustedes han pasado por una situación en la que, estando con sus amigos, aquellos empiezan a hacer algo que no les gusta y les siguen la corriente solo para que ellos no se burlen y porque no hay otra salida?“.
Resultó que todos los chicos habían pasado por circunstancias similares. Esto fue lo que escribió el pastor a continuación: ”Un día, mi hijo menor, Danny, iba a ir a una fiesta. Le dije que si algo salía mal y si se sentía incómodo en alguna situación, enviara una “X“ a cualquiera de los miembros de la familia (a mí, a mamá o a sus hermanos). La persona que recibe este código debe seguir una sencilla instrucción: llamar a Danny al cabo de un par de minutos.
Cuando él conteste, la conversación será breve:
— ¿Bueno?
— Danny, pasó algo y necesito recogerte ahora mismo.
— ¿Qué sucedió?
— Te lo diré cuando llegue. Alístate, estaré ahí en 5 minutos.
Después de esto, Danny, con la conciencia limpia, les dice a sus amigos que en casa pasó algo y necesita retirarse urgentemente”.
Fin. Danny se va. Ante los ojos de sus amigos no huyó sino que se fue por ”un motivo entendible".
Este truco no solo ayuda a proteger a tu hijo de un peligro, sino también a formar una relación de confianza: lo importante es darle a entender que si incluso le sucedió algo desagradable, en casa no lo esperarán regaños sino apoyo.
via: geniaguru