Este notable árbol fue plantado en 1625 y ahora tiene casi 400 años. También sobrevivió a la bomba atómica de Hiroshima. El árbol pertenecía a la familia Yamaki, que en 1945 vivía solo a dos millas del punto donde se lanzó la bomba que mató a unas 140.000 personas. Sorprendentemente, tanto el árbol como la familia Yamaki sobrevivieron a la explosión relativamente indemnes.
En la actualidad, el bonsái se encuentra en el National Arboretum, en Washington. Fue regalado a Estados Unidos en 1976 por el maestro cuidador de bonsáis Masaru Yamaki. El personal del arboreto no sabía de la conexión que tenía este pino blanco con Hiroshima, hasta 2001, cuando los nietos de Yamaki explicaron la extraordinaria historia mientras visitaban la colección.