En 1995, George Steinmetz, fotógrafo de la National Geografic, descubrió una tribu en Nueva Guinea que habitaban en medio de la selva y que tenían sus viviendas en lo alto de los árboles, eran los Korowai un grupo étnico que vivían aislados de la civilización anclados en la Prehistoria y que era la primera vez que contactaban con alguien fuera de su círculo cercano. Ese mismo año se publicaron las fotos en la revista National Geografic y los Korowai pasaron a ser investigados por antropólogos y curiosos de todo el mundo.
Esta tribu la forman unas 3.000 personas que se alojan en grupos de 10 a 12 individuos en unas casas que construyen sobre las copas de los árboles, entre 20 y 40 metros de altura. Los materiales que utilizan son cañas y hojas y la forma como suben los materiales es mediante escaleras construidas en los troncos.
En sus labores siguen utilizando instrumentos de piedra y hueso, por lo que las viviendas son auténticas obras de ingeniería hechas con paciencia y el tesón. El motivo por el que estas edificaciones están colocadas en lugares tan altos es para alejarse de las fuertes lluvias primaverales y de los conflictos tribales en los que continúan luchando con arcos y flechas, aunque son muy útiles para escapar del calor y de las picaduras de los insectos que abundan en la selva de Papúa Nueva Guinea, aunque los Korowai tienen sus medios de vida en tierra ya que son cazadores-recolectores. Y si tienes intención de visitarles, cuídate de ser amable con ellos ya que practican el canibalismo.