La Gran Muralla Verde es el nombre dado a un proyecto internacional destinado a contener, en África, el fenómeno de la desertificación de las regiones sub-saharianas, y en particular del Sahel.
Para contrarrestar dos grandes problemas de la región del Sáhara, y particularmente del Sahel, uno ecológico, la desertificación y la degradación de las tierras, y otro económico, causado por el éxodo rural y la pobreza de las poblaciones involucradas, once países de la región (Burkina Faso, Yibuti, Eritrea, Etiopía, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sudán y Chad) se comprometieron a luchar contra el avance del desierto, uniéndose para este fin en la séptima cumbre de jefes de estado del CEN-SAD (Comunidad de los Estados Sahelo-saharianos) el 1 y 2 de junio de 2005 en Ouagadougou.2
Más que un proyecto técnico ha de considerarse una iniciativa política llevada adelante por un grupo de países asolados por la falta de agua, que busca despertar el interés en los pobladores y cambiar su forma de pensar, impulsando prácticas agrícolas que frenen la erosión.3 La iniciativa continúa las ideas inspiradas por la Premio Nobel de la Paz Wangari Maathai.