martes, 24 de febrero de 2015
Corona, un símbolo de excelencia, alta dignidad y poder.
Un símbolo de la excelencia, la más alta dignidad, el poder. Adornos similares de astas, plumas encuentran en muchas naciones todavía culturas ágrafas. Pero a diferencia de una corona, tejida a partir de plantas y actúan como una forma temporal de elevación
La corona para ornamento de la cabeza se ha considerado en todas las épocas como distintivo de la autoridad real y en algunas de sus formas, como premio o condecoración debida a méritos muy singulares.
La corona radiante o con puntas en el borde superior fue entre los romanos un atributo de los dioses y de los emperadores a quienes se tributaron honores divinos.
La corona triunfal o de laurel, ya natural, ya metálica, se daba por los romanos a los generales victoriosos
La corona cívica o de rama de encina se concedía en Roma a los ciudadanos beneméritos.
La corona obsidional o gramínea (de grama) sirvió para los valientes que habían obligado al enemigo a levantar el cerco de alguna plaza.
Los emperadores romanos aparecen frecuentemente figurados en las monedas llevando corona triunfal y, a veces, corona radiante. Después de Constantino I, y en el Imperio bizantino, suelen llevar diadema pero algunos de estos últimos adoptan la tiara persa modificada.
Los Reyes de Occidente, en la Edad Media, gastan coronas en forma de aro cilíndrico de oro, adornado con pedrería y, a veces, con pinjantes; desde el siglo IX al XIII suelen montarse sobre el aro unos florones o puntas con bolas y desde el XIII se estrecha el aro y se convierten los florones en trifolios, lo cual es muy común en los dos siglos siguientes. Desde el siglo XVI se fija la distinción entre coronas de reyes, príncipes y nobles.
La corona europea más antigua todavía existente es la Corona de Hierro del siglo VII.
Durante toda la Edad Media, las coronas heráldicas, muy variadas se consideraron un simple elemento decorativo. Durante el siglo XIV aún adornaban a menudo el casco y no tenían carácter nobiliario. Las primeras coronas de los reyes de Francia se derivaron de estas. En el siglo XV apareció la costumbre de cerrar las coronas con arcos, pero no fue apenas en los siglos XVII y XVIII cuando los autores heráldicos comenzaron a codificar las coronas nobiliarias, cuya jerarquía y aspecto variaban de un país a otro. Algunas coronas honoríficas se podían colocar sobre el casco o remate del escudo.Por ejemplo, la circunferencia de la corona de vallas es un vallado de estacas, mientras que la corona mural, que data de Napoleón I, representa ciudades, reminiscencia de la Antigüedad. Según la importancia de la ciudad, tiene tres, cuatro o cinco torres. La heráldica urbana contemporánea utiliza la corona naval y la de aviación para timbrar los escudos de armas de las ciudades dotadas de aeropuerto o puerto naval.